Un final con música
Una partitura,
una rosa,
un violín.
Nobleza e
inspiración
la artista del
pincel,
sutil interpretó.
Viajeros del Titanic
como última visión,
la grandeza
desbordante,
de coraje, de amor,
bajo el torrentoso
mar
humilde desapareció.
Al dar testimonio un
día
el violín de nuevo
vibró.
Como emblema de
hidalguía
de una orquesta en su
misión.
Como emblema de
belleza
a un final con música
la rosa roja
acompañó.
.
MATILDE ALBERTO
PALAZOLO
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