Escritora y poeta rosarina

Thursday, March 3, 2011

VÍCTIMAS NO VICTIMARIOS


Al profundizar los conceptos vertidos en el libro “Los chicos delincuentes” de Néstor Ciarniello cuya trayectoria a favor de los niños y adolescentes desposeídos debiera ser tema de conocimiento generalizado, vienen a mi memoria algunos alumnos de escuelas de barrios marginales entre ellos José y Margarita.
Josesito llegaba al aula de segundo grado, después de considerables períodos de ausencia, con marcas de castigos corporales evidentes, como evidente era su estado de desnutrición que disimulaba con ingenuos argumentos ante la inquisitoria de su maestra. Era notorio el querer ocultar por vergüenza social su estado de pobreza, de abandono, de falta de contención y afectos familiares agregado a los castigos que le propinaban y a la discriminación que debía soportar de parte de quienes debían ser sus amigos y compañeros.
A veces de la indiferencia de algunas docentes o del personal directivo poco interesado en solucionar esa situación. Su conducta era aceptable, quizás con la leve ilusión de encontrar por ese camino la aceptación de sus congéneres o por no atreverse a proferir un desesperado grito de auxilio.
Otro recuerdo :el de Margarita, llegando a la escuela desprolija, con sus ropas sucias, sin útiles , con aspecto de abandono total con el olor propio del cirujeo al que la obligaba su madre. Madre a la vez de muchos otros hijos, siendo ella muy joven.
Vivían en una precaria choza de trozos de cartones y latas oxidadas con un patio de tierra donde los hermanitos bebés totalmente desprovistos de ropa se confundían con montículos del mismo polvo removido del patio.
Margarita sufría crisis nerviosas que la inducían a agredir a sus compañeros. Se desplazaba como un animalito rabioso, debajo los asientos del resto de los alumnos arañándolos y mordiéndolos hasta caer en un sopor, manifestando con palabras soeces no haber ingerido ningún alimento durante ese día.
Lo único que podía brindársele en esa emergencia era una taza de leche y algún biscocho.
De Margarita sólo se supo al desertar de la escuela, que había sido madre siendo apenas una niña. Tiempo después se conoció su fallecimiento a edad muy temprana.
De Josesito no se supo más.¿ Dónde encontrarlo? Quizás en alguna cárcel.
¿Cómo condenar a tantos niños y adolescentes de hoy que han sido víctima de las agresiones, violencia y carencias de todo tipo infligidas por la sociedad y generalmente abandonados por sus progenitores?
¿Cómo no denunciar a una sociedad equivocada en su gran mayoría?
Estos niños y adolescentes muchas veces juzgados y privados de su libertad antes que ser los agresores han sido los agredidos.

Matilde Alberto Palazzolo

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